El cuidado de la boca empieza en la infancia, cuando nuestros padres y tutores nos enseñan a cepillarnos los dientes. “Este hábito es básico y fundamental para asegurarnosuna buena salud bucal a lo largo de la vida. Todo cuidado bucal empieza por mantener los dientes libres de placa dental. Las piezas dentales y las encías necesitan de un cepillado diario para evitar las caries y los problemas en las encías”, explica a CuídatePlus Bruno Ruiz Gómez, periodoncista e implantólogo de la Clínica Dental EOS.
Como periodoncista, señala que a diario observa lo complicado que resulta para algunos pacientes mantener sus dientes correctamente limpios. “Este sencillo aspecto es crucial para mantener los dientes toda la vida. Además, en la actualidad, conocemos la relación directa que hay entre la salud de dientes y encías con el corazón, la diabetes, los accidentes vasculares cerebrales, la enfermedad de Alzheimer y hasta algunos tipos de lesiones tumorales. Es por eso que controlar la presencia de bacterias con un buen cepillado es tan importante”.
Para Leonor Martín-Pero Muñoz, vicepresidenta del Colegio Profesional de Higienistas Dentales de Madrid, no hay duda de que el cepillado dental diario es el mejor mecanismo para la eliminación mecánica de la placa bacteria o biofilm dental, así como de los restos de alimentos. De este modo se controlan las principales patologías que afectan a dientes y encías -caries dental y enfermedades periodontales-. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 60 y 90 por ciento de los escolares y casi el cien por cien de los adultos tienen caries dental y las enfermedades periodontales graves afectan a un 15 o 20 por ciento de los adultos de edad media. Esto provoca la pérdida prematura de dientes; alteraciones en la masticación y, por consiguiente, en la alimentación; halitosis (mal aliento), y alteraciones fonéticas. En definitiva, puede afectar a nuestro bienestar tanto físico como psicosocial.
Las recomendaciones actuales nos dicen que al menos hay que realizar dos cepillados diarios, uno después de desayunar y otro después de cenar, con una duración mínima de dos minutos cada uno de ellos. “Es tan importe la frecuencia de cepillado como el tiempo que se invierte en realizarla. Por ello es recomendable controlar de manera objetiva cuánto tiempo invertimos en cada uno de nuestros cepillados”, destaca la higienista.
En Clínica Dental EOS insistimos en que cepillar correctamente una boca es cuestión de tiempo. Hacerlo rápido no permitirá limpiar bien todas las zonas, especialmente cuando los dientes están mal alineados o existen espacios entre los dientes que dificultan su higiene. Cada caso es diferente, pero nunca menos de dos minutos para garantizar que el cepillado es eficaz y elimina gran cantidad de placa.
Dedicarle apenas unos minutos a nuestra salud bucal es fundamental y es una cuestión de hábitos diarios. La formación de placa alrededor de los dientes, implantes dentales o prótesis es inevitable, es un proceso biológico y comienza justo después de terminar de cepillarnos. Por eso, lo debemos de repetir varias veces al día. Hacerlo coincidir después del desayuno, comida y cena es una buena práctica. Siendo muy importante cepillarnos de forma exhaustiva antes de irnos a dormir.
La vicepresidenta del Colegio Profesional de Higienistas Dentales de Madrid hace la siguiente reflexión: “Se pensaba que al mojar el cepillo de dientesse podía disminuir la capilaridad de los filamentos de éste y, por tanto, se podría comprometer la eficacia del cepillado. Pero lo cierto es que es un concepto que actualmente no tiene una sólida evidencia científica, y lo podemos dirigir más a una comodidad de las personas alrealizar el cepillado, es decir, que les resulte más o menos agradable mojar el cepillo antes de usarlo”. Sí que tenemos que tener en consideración que existen algunos dentífricos, añade la experta, cuya indicación es que sean mojados antes de su uso. Aquí los pacientes pueden buscar asesoramiento en su higienista dental para conocer este tipo de indicaciones y saber su uso más adecuado para obtener la mayor acción terapéutica.
Efectivamente, confirma Martín-Pero, “si no tenemos a mano pasta de dientes, podemos lavarnos sin ella; siempre será mejor esto que no hacerlo. No obstante, la pasta de dientes aporta, entre otros elementos, flúor, que reduce la caries dental alrededor de un 24 por ciento”.
En palabras de Ruiz, “el frotar por sí mismo es la principal acción -imprescindible y necesaria-, mientras que la pasta de dientes y colutorios bucales ayudan a la labor del cepillo, aportando beneficios”.
El fluoruro de estaño es un componente de determinados dentífricos que aporta todos los beneficios asociados al flúor, a los que se añaden propiedades antisensibilidad, antierosión y antibacterianas que ayudan a optimizar el efecto del cepillado, tanto sobre la salud dental como sobre la gingival.
A esta cuestión, Martín-Pero responde que inicialmente sí, pero encontramos matices, ya que, tanto para la seguridad del paciente como para la eficacia del cepillado dental, los cepillos deben tener unos requisitos mínimos, tales como el tamaño del cabezal (debe ser adecuado a la edad del paciente), que los filamentos sean con terminaciones redondeadas y que sea un cepillo adecuado a las características físicas y cognitivas de la persona que lo va a utilizar. Actualmente, la evidencia científica indica que los cepillos eléctricos recargables son más eficaces en la eliminación de la placa bacteriana o biofilm dental que los cepillos manuales.
“La mejor manera de saber cuál es el cepillo indicado para cada uno es buscar el asesoramiento de los profesionales dentales, en este campo los higienistas dentales son expertos y nos podrán informar sobre cuál es el cepillo más adecuado para nosotros”, especifica.
“Un cepillo es eficaz por dos motivos: cómo está diseñado (forma, tamaño, tipo, número y disposición de las cerdas) y cómo lo movemos o cómo se mueve si es eléctrico”, puntualiza el periodoncista. “En numerosas ocasiones hablo con mis pacientes y les aconsejo que compren cepillos realmente efectivos, que apuesten por el cepillado eléctrico, pero siempre con diseños de cepillos eléctricos que verdaderamente sean eficaces al limpiar las superficies planas del diente, como las zonas interproximales (entre los dientes), donde al cepillo le cuesta llegar”.
“El cepillo de dientes no es para siempre, se desgasta y deteriora, perdiendo su eficacia”, destaca Ruiz. Como norma general, los cepillos se deben renovar cada tres o cuatros meses.
Algunos cepillos llevan incorporados cambios de coloración en las cerdas que indican cuándo se debe dejar de utilizar. Como recomendación, si observamos un cepillo con cerdas abiertas o deterioradas es motivo para el cambio. Ante la duda, lo mejor es desecharlo y disfrutar de las ventajas de uno nuevo.
Esto va a depender de la edad del paciente. Teniendo en cuenta que la recomendación actual para el inicio del cepillado dental es cuando erupcione el primer diente, podemos decir que la técnica de cepillado debe evolucionar con la persona, su edad, sus características físicas y cognitivas; en definitiva, podemos decir queesta técnica debeser individual.
En líneas generales, dice Martín-Pero, una adecuadatécnica de cepillado es la que limpia tanto los dientes como las encías, debe ser eficaz en la eliminación de las bacterias y restos de alimentos, pero evitando dañar las estructuras. Por ello, es muy importante controlar el exceso de fuerza en el cepillado, y, por supuesto, su duración mínima debe ser de dos minutos.
El equipo de periodoncia de Clínica Dental EOS recuerda que cuando nos lavamos con un cepillo manual debemos hacer movimientos desde la encía hacia el diente con una ligera inclinación. De esta manera cepillaremos la zona donde termina el diente y empieza la encía, que es donde más placa se acumula. Llevar a cabo movimientos circulares nos ayuda a no dejar ninguna zona sin limpiar. Al finalizar el cepillado manual debemos poner el cepillo en posición vertical para limpiar los dientes anteroinferiores. Esta región requiere terminar con dichos movimientos verticales para eliminar la placa acumulada en los espacios interdentales.
Todos los cepillos eléctricos recargables no son iguales y las publicaciones científicas avalan los cepillos oscilante-rotacionales como aquellos que tienen mayor carga de evidencia a favor de su eficacia. Por esta razón, este tipo de cepillos son los más recomendados por dentistas e higienistas dentales. Con ellos la técnica a emplear es muy sencilla, puesto que el cepillo ya hace el movimiento que se adapta al límite de encía y diente. Solo tenemos que colocar el cepillo en paralelo al suelo y apoyarlo contra el lateral de los dientes hasta el nivel de la encía incluyendo 1 o 2 milímetros de la misma, mantener el cabezal durante unos segundos (al menos 5) antes de avanzar al siguiente diente. No es necesario presionar ni frotar, porque la tecnología del cepillo realiza los movimientos necesarios con la presión adecuada. Debemos guiar la cabeza del cepillo siguiendo la curva natural de los dientes y encías.
Ruiz afirma que los cepillos eléctricos de última generación requieren menos precauciones. Hacen todo el trabajo de una manera ultra eficaz. Solo tenemos que moverlo de diente a diente, sin hacer apenas presión. Lo moveremos de una pieza dental a otra prestando atención en que pasen el tiempo suficiente por la parte de fuera, dentro y arriba de cada diente. Con los cepillos eléctricos oscilante-rotacionales tan solo nos tenemos que preocupar de hacerlo pasar por todas las superficies de los dientes de la boca durante un tiempo suficiente, tan sencillo como esto, es por esto que su eficacia es mayor respecto al cepillado manual.
Desde el punto de vista de Ruiz, el cabezal de un cepillo eléctrico debe ser pequeño, no más grande que el tamaño de un diente, redondo y con una disposición de cerdas cruzadas. “Es fundamental que tenga potencia suficiente como para que en los movimientos de rotación y pulsación limpie la zona interproximal (entre los dientes), que es la más complicada y donde aparecen frecuentemente graves problemas en las encías”.
Los expertos comentan que hay cepillos eléctricos recargables diseñados para empezar a usarse a los 3 años de edad. Son herramientas muy motivadoras para los niños, por lo que pueden ayudar a implantar el hábito de cepillado diario en los más pequeños. Además, el repaso obligatorio del cepillado que debe hacerun adulto es mucho más cómodo y eficaz si se realiza con cepillos eléctricos recargables.
Fara Yeste Ojeda, ortodoncista de Clínica Dental EOS, insiste en recomendar a los padres que “los niños deberían ver cómo ellos y sus hermanos mayores se cepillan los dientes para fortalecer el hábito de higiene y cuidados dentales tan importantes en estas edades tempranas de la vida”.
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