El encarecimiento del precio de la electricidad copa las conversaciones y las preocupaciones de gran parte de la población, que temen por el incremento que pueda darse en las facturas. Más aún en los próximos meses que se aproximan, esa época otoñal e invernal en la que el grueso de las personas pasamos más tiempo en casa, con el consecuente mayor consumo energético en nuestros hogares.
Sin poder entrar en detalles de cada caso, pues cada vivienda y tarifa contratada tienen sus particularidades, sí que hay una serie de hábitos con los que con total seguridad conseguirás reducir el consumo eléctrico. Nos referimos a pequeños gestos, en su mayoría desconocidos que, si logramos aplicar a nuestra rutina, nos ayudarán a ahorrar energía y, por ende, evitar pagar precios exagerados en las siguientes facturas.
El siguiente decálogo recoge las principales cuestiones a realizar y a tener en cuenta, y no olvides tenerlo siempre a mano para firmar un consumo energético adecuado y exitoso.
Cuentan con una vida útil larga, pero es importante que su tecnología no quede obsoleta. Hablamos de los electrodomésticos, aquellos aparatos cuyo funcionamiento supone un gran gasto energético, siendo este mayor si éstos no están en buenas condiciones.
Por ello, es importante apostar por electrodomésticos eficientes, fijarse en los datos de consumo de cada uno de ellos y optar por aquellos que tengan una etiqueta energética adecuada. Además, muchos cuentan con una opción 'eco' en su programación, una opción a tener en cuenta para un menor gasto energético. En el caso de lavadoras y lavavajillas resulta obvio que conviene optar por programas cortos, en frío y, además, ponerlos con la carga llena.
Es un consejo sencillo, pero necesario de incorporar en nuestra rutina, ya que son habituales los despistes de olvidar apagar la luz. En ese sentido, no hay que dejar de ser estrictos con evitar dejar dadas luces innecesarias.
Asimismo, y ligado al consumo de la luz, conviene reemplazar las bombillas por aquellas de bajo consumo o led. De precio inicial más caro, supone una inversión que repercutirá notablemente en la factura.
Otro de los hábitos incorrectos que habitualmente realizamos es mantener enchufados los aparatos eléctricos que no se utilizan, también conocido como consumo silencioso. Hablamos de elementos como la cafetera, ordenadores, cargadores, televisiones… que, aunque sin uso habitual, consumen energía por el mero hecho de estar enchufados. En este sentido, un pequeño gesto a tener en cuenta es desenchufarlos en los periodos que estén sin utilizar como por las noches o en épocas vacacionales.
Se refiere a dos vertientes. Por un lado, la temperatura de la calefacción, regulable a través de termostatos que incluyen sistemas cada vez más modernos e inteligentes, permitiendo una programación y control estricto de las zonas y franjas horarias en las que activarla.
Por otro lado, es también fundamental controlar la temperatura del agua. En este sentido, los calentadores llevan por defecto una temperatura media bastante superior a la necesaria, que podemos ajustar (es decir, bajar) y ahorrar significativamente en la factura.
Es fundamental cuidar aquellos elementos que son vía de salida del calor. Hablamos de los radiadores que, muy habitualmente, tendemos a cubrir con mobiliario, diversos objetos o con ropa, lo que repercute de forma negativa en su funcionalidad. Además, conviene realizar un mantenimiento constante, sobre todo en estos meses de actividad. Una buena purga y limpieza garantiza un estado óptimo de tus radiadores y, con ello, garantiza su buen funcionamiento.
Además de ajustar su temperatura en valores que rondan los 5ºC en el frigorífico y los -15ºC en el congelador, este es un electrodoméstico con el que hay que tener mucho cuidado. Debemos garantizar que dichas temperaturas se mantengan estables el mayor tiempo posible para lo cual es importante no mantener las puertas abiertas durante mucho tiempo y, por otro lado, no colocarlo cerca de fuentes de calor.
Apostar por los utensilios de cocina rápida y a presión es una buena idea para ahorrar energía, pero para los que no son partidarios de este tipo de menaje, es importante seguir ciertos consejos como tapar las ollas y sartenes al cocinar para acelerar el proceso de cocinado. Por otro lado, es conveniente aprovechar el calor residual (tanto de la vitrocerámica como del horno) para calentar o terminar de cocinar.
Puede parecer increíble pero una buena disposición de los elementos del hogar, así como de la decoración y los colores de las estancias, ayudará a ahorrar en la factura. Paredes y techos en tonos claros harán que no sea tan necesario encender las luces y, con ello, los espejos son una buena idea para conseguir un efecto multiplicador de la luminosidad. Con ello, siempre es buena opción optar por cortinas y estores que dejen pasar la luz natural, huyendo de las telas opacas. Por otro lado, cada vez se apuesta más por la acertada tendencia de iluminar estancias de tamaño considerable por zonas, con diferentes interruptores que activen la luz estrictamente necesaria, siendo esto especialmente útil en largos pasillos, salones y cocinas.
El consumo, además de adecuado, debe ser eficiente, es decir, aprovecharlo al máximo y evitando pérdidas. En ese sentido, es fundamental contar con un buen aislamiento, principalmente en fachada, ventanas y puertas, con lo que evitaremos las fugas y las filtraciones, con el consiguiente malgasto de energía.
Para identificar y controlar este aspecto es importante ponerse en manos de profesionales que nos ayudarán a lograr la eficiencia energética de nuestro hogar.
Las personas pagamos inconscientemente por más de lo que necesitamos y esto ocurre en muchos ámbitos, también con las compañías eléctricas. Es importante tener una tarifa acorde y adecuada a las necesidades y la situación de cada hogar, por lo que si hay algún cambio de hábitos o de convivientes, no dudes en consultarlo con tu compañía para ajustar la tarifa a lo que realmente necesitas.
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